PAREJ@SPor: el Guarani Barrientos
Si estas solo un amigo te quiere presentar a una miga de la esposa, no hay nada raro, ¿no?... pero si después tu amigo te dice: “son $200”… ¡lo mandás al demonio!
Pero, de todas maneras y aunque usted no lo crea, existen personas que buscan éste servicio. Y hay gente que lo ofrece…
Unos quieren parejas y en vez de ir al boliche o a alguna tertulia o una kermés, contratan los servicios de agencias que proveen de señoritas o caballeros acordes a lo requerido.
Unos lo hacen por tímidos, otros por feos, otros por vagos, otros por creídos… Siempre hay un motivo. Pero todos quieren lo mismo: la mujer perfecta, el hombre perfecto.
¡Siempre consideramos merecer mas! En esas cuestiones tenemos la autoestima de los futbolistas de la Selección: o bombones exuberantes o nada.
Y siempre aparecen las ofertas. La Madre Naturaleza es sabia y a vaces, hasta macanuda. Hasta para el peor de los casos hay candidato/a. Nadie debe darse por vencido, siempre y cuando pague.
Pero, ¿dónde está el encanto de la conquista?; ¿los misterios de la seducción?...
Ahora, (en estos menesteres) la persona que puede oficiar de pareja, viene con una ficha técnica como si fuera un lavarropas. Además un cartelito que dice: “Modelo para armar. Devolución dentro de los dentro de los 10 minutos de comenzar la relación”.
¿Y que pasa con el primer beso?... ¡Ah, eso es cuando pagás la tercera cuota del servicio de búsqueda de parejas!
Aunque también es cierto que todo está diseñado para que la pareja funcione a la perfección. Pero no por mucho planear, la pareja va a funcionar mejor.
El que contrata el servicio actúa como un cliente es un restaurante y dice: ¡Mozo, esta mujer está fría! ¡Tráigame otra! Y claro… como el cliente siempre tiene la razón…
Aunque es hora señores que sepan: cuando el vendedor te da la razón, ¡lo hace pura y exclusivamente para no perder la venta!... no es porque tengas razón… A demás seguro que por dentro te putea.
En fin, para estar solo no necesitas a nadie. Pero si querés conseguir pareja te conviene abrirle la puerta a la vecina un par de veces, acariciarle la mascota y si pinta la invitás a tomar un helado. Pero al menos, el primero pagalo vos.
Y si la cosa no resulta, no le eches la culpa al destino. Fijate si te cepillaste los dientes. Y lo más importante: la mina no es un trofeo. Conquistala si podés.
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